Por fin después de mucho tiempo logramos la tienda virtual. ¡Y hay muchísimas novedades en el catálogo!
jueves, 8 de octubre de 2020
lunes, 15 de diciembre de 2014
Rinoceronte y otros especímenes
45.000 caracteres, agrupados en casi 8.000 palabras. Muchas horas de diseñar en computadora, de buscar cajas adecuadas, papeles, gomitas y otros implementos. 850 hojas impresas de ambos lados, 150 etiquetas de tres estilos diferentes. 600 esquinas redondeadas con el aparatito redondeador de esquinas...
Todo eso para poder presentar nuestro nuevo título: Rinoceronte y otros especímenes, 17 cuentos de Eduardo Abel Gimenez, con huellas y pasos de baile por Natalia Méndez.
La primera edición es de cincuenta ejemplares, numerados y firmados por el autor.
Muy pronto en los verdaderamente escasos lugares de venta al público con los que solemos contar.
Todo eso para poder presentar nuestro nuevo título: Rinoceronte y otros especímenes, 17 cuentos de Eduardo Abel Gimenez, con huellas y pasos de baile por Natalia Méndez.
La primera edición es de cincuenta ejemplares, numerados y firmados por el autor.
Los cuentos vienen en rollos de papel, dentro de cajas.
Todo hecho a mano, como si hiciera falta recordarlo.
Muy pronto en los verdaderamente escasos lugares de venta al público con los que solemos contar.
lunes, 17 de febrero de 2014
Dábale arroz a tu puerta
El catálogo completo de dábale arroz está ahora también disponible en OrigamiTeca. Hacen envíos por correo a todo el país.
Y también lo encuentran en su tienda física, que se puede visitar de lunes a viernes de 16 a 19:30, en Malabia 2069, Ciudad de Buenos Aires.
Y también lo encuentran en su tienda física, que se puede visitar de lunes a viernes de 16 a 19:30, en Malabia 2069, Ciudad de Buenos Aires.
sábado, 8 de febrero de 2014
23 microcuentos: click para leer
(Click en la imagen para leer un microcuento. Cada vez aparecerá uno diferente, hasta haber recorrido los veintitrés que contiene el frasco.)
martes, 4 de febrero de 2014
23 microcuentos (10)
Son setecientos treinta cajones. Algunos están con llave. Algunos están en otro edificio. Algunos son imaginarios, o apenas recordados. Seguramente hay cajones vacíos, y cajones tan llenos que no se los puede abrir. Unos cuantos están etiquetados, otros tuvieron etiquetas pero ya no, y me queda un montón de etiquetas en blanco, apiladas en alguno de los cajones sin etiquetar.
El plan es organizar el contenido de los cajones y ponerlo en carpetas, y con esas carpetas llenar estantes. No sé por dónde empezar, si por los cajones más próximos o por los más fáciles, o por los más tentadores, o por los obligatorios. Tal vez vaya a comprar unas carpetas, o unos estantes. Tal vez vaya a medir la pared para los estantes, o pregunte por el precio de las estanterías en el negocio nuevo de la otra cuadra. Tal vez haga unos garabatos en un papel y lo guarde en ese cajón de arriba a la izquierda, el nuevo, el que empecé ayer a la tarde.
De 23 microcuentos, por Eduardo Abel Gimenez
dábale arroz, 2013
El plan es organizar el contenido de los cajones y ponerlo en carpetas, y con esas carpetas llenar estantes. No sé por dónde empezar, si por los cajones más próximos o por los más fáciles, o por los más tentadores, o por los obligatorios. Tal vez vaya a comprar unas carpetas, o unos estantes. Tal vez vaya a medir la pared para los estantes, o pregunte por el precio de las estanterías en el negocio nuevo de la otra cuadra. Tal vez haga unos garabatos en un papel y lo guarde en ese cajón de arriba a la izquierda, el nuevo, el que empecé ayer a la tarde.
De 23 microcuentos, por Eduardo Abel Gimenez
dábale arroz, 2013
sábado, 1 de febrero de 2014
23 microcuentos (9)
Voy manejando por una avenida muy ancha. Allá adelante un peatón, sin semáforo ni nada, empieza a cruzar corriendo. Bajo la velocidad para darle tiempo de pasar sin peligro. Cuando ve mi reacción deduce que ya no necesita apurarse, y él también baja la velocidad. Entonces, por las dudas, freno un poco más. Ahora el peatón ya no corre, camina. Y como no hay otros autos, se permite un poco de distracción: mira hacia atrás, levanta algo del piso. Poco a poco me voy deteniendo, y él también. Terminamos frente a frente, los dos inmóviles, él bajo la lluvia y yo bajo mi techo portátil, mirándonos para siempre.
De 23 microcuentos, por Eduardo Abel Gimenez
dábale arroz, 2013
De 23 microcuentos, por Eduardo Abel Gimenez
dábale arroz, 2013
viernes, 31 de enero de 2014
23 microcuentos (8)
Si tuviera que abrir esa puerta empezaría golpeando para saber si alguien responde, y ante el silencio seguiría apoyando la mano en el picaporte, girándolo con suavidad y empujando hasta que el barniz, que debe estar pegado luego de tanto tiempo, se desprenda y permita que el panel de madera barata, un poco arqueado por la humedad, empiece a revelar el aire estancado del interior, muy lentamente porque puede haber cosas que se despierten o, peor aún, que no se despierten, y cuando las bisagras hayan chirriando lo suficiente trataría de distinguir algo al otro lado, en la oscuridad, antes de que algo me distinga a mí en la luz. Pero nada de esto es necesario, porque me permiten seguir de largo.
De 23 microcuentos, por Eduardo Abel Gimenez
dábale arroz, 2013
De 23 microcuentos, por Eduardo Abel Gimenez
dábale arroz, 2013
miércoles, 29 de enero de 2014
23 microcuentos (7)
Apretó enloquecido los botones del control remoto. Pero ella siguió alejándose como si nada.
De 23 microcuentos, por Eduardo Abel Gimenez
dábale arroz, 2013
De 23 microcuentos, por Eduardo Abel Gimenez
dábale arroz, 2013
martes, 28 de enero de 2014
23 microcuentos (6)
Un gatito empieza a cruzar las vías cuando un tren viene a toda velocidad. Haciendo uso de mis superpoderes lo envuelvo en una burbuja temporal, lo acelero y logro que llegue a salvo al otro lado. Pero el alma inmortal del gatito ha quedado atrás, y ha sido arrastrada por la máquina asesina, allá lejos, fuera de mi alcance, fuera del alcance de todos, hilacha invisible, despojo sin nombre. Pobre gatito, ahora me mira desesperado, sin alma, huérfano para siempre. Y ya no puedo hacer nada por él.
De 23 microcuentos, por Eduardo Abel Gimenez
dábale arroz, 2013
De 23 microcuentos, por Eduardo Abel Gimenez
dábale arroz, 2013
lunes, 27 de enero de 2014
23 microcuentos (5)
Los gases se expandieron hasta ocupar todo el espacio disponible. Los líquidos adoptaron la forma de sus recipientes. Los sólidos, en cambio, conservaron sus formas. En la clase de física, esta vez, todo anduvo de acuerdo con lo esperado.
De 23 microcuentos, por Eduardo Abel Gimenez
dábale arroz, 2013
De 23 microcuentos, por Eduardo Abel Gimenez
dábale arroz, 2013
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